Resiliencia en Fartaritx

Durante cuatro mil años, Fartaritx ha sido un lugar donde las comunidades han podido mantener sus medios de vida y sobrevivir en la autosuficiencia.

Los primeros colonos que llegaron a este encantador valle en torno al año 1500 a.C. eligieron sabiamente este lugar. Llevaban mucho tiempo buscando un lugar en el que pudieran asentarse y depender del rendimiento de los recursos naturales. Y seguramente encontraron lo que buscaban: los pequeños fondos de valle de Fartaritx, ricos en tierras y aguas que seguirán nutriendo a sus descendientes y sosteniendo a sus futuras generaciones. Aquí, en el entorno de Fartáritx des Racó y Can Vila podrían construir sus estructuras y controlar perfectamente los campos situados bajo el afloramiento de agua del manantial de can Vila, que suministraría una amplia zona, proporcionando agua y tierras fértiles.  

Estas estructuras, las llamadas "naviforme", constituían las unidades habitacionales básicas de estos primeros pobladores. Eran estructuras ciclópeas de piedra con forma de barca, recubiertas de arcilla impermeabilizante y material vegetal, así como de muros perimetrales que delimitaban espacios delante de los edificios, potencialmente relacionados con algún tipo de estabulación del ganado. Las evidencias sugieren que el "naviforme" era una arquitectura que va claramente más allá del simple concepto de residencia. Se utilizaba como lenguaje simbólico de ocupación de un territorio por parte de la comunidad que residía y construía estas estructuras. Permitía a los antiguos habitantes hacer una reclamación, una reivindicación de la tierra, y legitimar la  propiedad  para su familia o linaje que hacía que las estructuras perduraran en el espacio y en el tiempo, y con ellas su significado simbólico, político y social.

La llegada del hierro abrió el camino para que nuevas culturas entraran en la isla y pudieran seguir viviendo de forma autónoma en el fértil valle de Fartaritx. El creciente contacto con las redes comerciales del Mediterráneo también trajo consigo grandes transformaciones sociales, económicas y rituales. Pero la protección de las montañas circundantes, la biodiversidad, la abundancia de agua y un patrimonio biocultural proporcionaron las condiciones para desarrollar la resiliencia en Fartaritx y permitieron a las comunidades, a lo largo de los siglos, adaptarse a una serie sucesiva de cambios experimentados desde la prehistoria, las dominaciones romana, vándala y bizantina hasta el periodo medieval. Las comunidades de talayotes pudieron perdurar y evolucionar en Fartaritx con sus santuarios y atalayas, los colonos árabes llegaron al encuentro de preciosas fuentes de agua, los musulmanes encontraron refugio durante la conquista en el siglo XIII; y los ricos suelos y manantiales naturales permitieron la agricultura, el cultivo de cereales, frutas y olivos y propiciaron la construcción de alquerías en la Edad Media, construidas sobre estructuras antiguas ya existentes.  

Gracias a su rica biodiversidad inherente, a sus recursos económicamente importantes y a su sabiduría tradicional, los habitantes de Fartaritx fueron capaces de sobrevivir a épocas de estrés y cambio hasta principios del siglo XX.

Nuestra visión es mantener este hábitat ecológico y seguir produciendo una riqueza de conocimientos y prácticas que mejore la resiliencia de nuestro día a día.